La pandemia; el virus covid-19, serial de coros hacia la muerte.
Enfermedad epidémica extendida por muchos países o que ataca a todas las personas de una región.
Semana once.
25-05-2020.
A toda hostia, rápido, espídico, braman para recuperar el
terreno perdido pero el tiempo está cascado de trampear con el virus escondido
en alguna de las fases; la 1, la 2, la 3, la 4, ¿cuántas hay?
Una mala novela beat.
E.P., un fantasma.
¿Quién quiere quedarse en casa?
T.T., voluntario.
26-05-2020.
Terrazas llenas atendiendo al protocolo de la Fase 1.
Mesas y sillas con jóvenes zampando y bebiendo sin
mascarillas ni distancia de seguridad; les han contado que el covid-19 solo
mata a los viejos y para ellos los viejos son los mayores de cuarenta tacos.
J.S.M., observador ebrio.
¿Qué historias se cuentan los jóvenes en las terrazas?
Por las caras concluiría que no de enfermedad, muerte y
destrucción; no se puede pasar uno el jodido día en negro; o como trataba de
espesar el holandés con cara de cerdo Van Gaal: tú siempreee negativfo, nunca
positivfo.
K.K., una mierda.
¡Hoy no pongo música a todo trapo!
Estoy desolado si es que existe la desolación.
Me la casco mientras escucho a Modest Petrovich Mussorgski:
mi cerebro se hallaba débil y en un estado de violenta irritabilidad.
Dicen que un raro dentro de lo clásico, no acababa casi
ninguno de sus proyectos comenzados.
El alcohol.
Un esencialista clásico.
J.S.M., moscatel.
27-05-2020.
Me pongo con Berlioz y su Sinfonía Fantástica por la Orquesta Sinfónica
de la Radio Bávara
bajo la batuta de Rafael Kubelik y pienso que esto ya lo he oído aunque
lógicamente no es culpa de Berlioz; entre el campo y la galaxia instrumental
sinfónica.
¡Qué envidia me dan los chavales y las chavalas en las
terrazas, piquito pa aquí, piquito pa allá, tapita pa el gaznate, cervecita pa
el hígado, esa inconsciencia ajena al temor mortal, risas y meneos! ¡Qué Dios
os libre de la que os va a caer!
D.G., nonagenario.
Por Abreu.
Miércoles, 27 de mayo de 2020
Del virus chino en España lo único que me interesa saber es
quién ordenó que no llevaran a los hospitales a los ancianos enfermos en las
residencias de ancianos. Es decir, quién los condenó a muerte al negarles el
acceso a los hospitales. Lo único que me interesa saber es quién los asesinó.
De repente dicen que unos cuarenta y dos mil muertos; han
aparecido doce mil de no se sabe muy bien dónde.
¡Por Dios y la
Virgen , qué espanto!
A.S., dominico.
28-05-2020.
Lo que ignoran los periodistas es que las migajas de la
realidad siempre están por encima de sus posibilidades profesionales; así, como
diminuto ejemplo, la gestión de Corea del Sur frente a la pandemia sirvió para
dar palos a diestro y siniestro a otros países; ahora llegan noticias de un
rebrote inesperado en el país asiático.
Y ya no hablamos de esa verdad que dicen que buscan sino de
la actitud y observación necesarias para pillar al vuelo lo que la realidad
esputa a diario; un trabajo en el que es necesario librarse de los intermediarios.
A.L., redactor en su casa.
Y ahora al tema, me refiero al tema central.
D.L., descentrado.
Ejercicio de estilo:
1. Esos dos tipos sentados en la barandilla cada uno con una
lata Mahou Cinco Estrellas en la mano y sin mascarillas frente al portal no están
ahí para pasar el rato.
2. Esos dos tipos de aspecto rumano respetando la distancia
de seguridad sin mascarillas sentados en la barandilla de hierro negro frente
al portal con bermudas & camisetas Primark latas de cerveza en la mano esperan
a que llegue su momento.
3. Esos dos tipos fuertes fumando -uno con dos paquetes de
Camel sin abrir en la mano- acaban sus latas de treinta y tres centilitros
-justo cuando pasa un coche de la Policía Nacional- se levantan de la barandilla
para caminar hacia un destino indefinido.
J.S.M., observador en paro.
Como bautizó la reina Lucinda Williams a uno de sus elepés,
el lado oscuro de la vida; eso es lo que está pasando, la realidad.
I.I., crítico instrumental.
29-05-2020.
Ahora que el número de fallecidos ha descendido, algunos
asuntos en los que andan metidos los políticos españoles y la sociedad de la
era covid-19: muertos sin reconocer, sanidad privatizada, presuntos intentos de
golpe de estado, pirómanos, ocultación en las cifras de ancianos abandonados
frente a la muerte, comunistas, desempleados, industrias que se piran,
amaestramiento del poder judicial, fachas, trabajadores en casa sin cobrar lo
que les corresponde, comunidades autónomas que se rilan, fotografías en
portadas de periódicos, llantos, discursos eternos, fases, maricón el ultimo,
eslóganes, cuernos, horarios de las terrazas, transporte publico limitado, folleteos,
Europa y su dinero, marketing, egos y tripis, marqueses, marquesas, falsos
representantes de los trabajadores, uso de tapabocas* y guantes, distancia de
seguridad, salvoconductos, controles en las carreteras, running, estudiantes
sin estudiar, desplazamientos, confinamientos, desescalada, estado de alarma,
acuerdos bajo manga, nacimientos, futuro, luto, color de las corbatas, músicos
componiendo canciones horribles, cursis, caceroladas, horteras, aplausos,
desempleo, suicidio, licra y lacra, propagandistas, se rompe, perros, paseos,
transmisión, pruebas médicas, camas de UCI, infectados, datos dudosos, jerseys
de pelotillas, transición, tipos y tipas manifestándose desde coches, cayetanos
y borjamaris, desidia, pruebas de embarazo, desabastecimiento, inflación,
descontrol, defisi público monteriano, broncas, risas, ...
¿Seguimos?
*como se conocen las mascarillas en América.
F.S., padre de familia rota.
F.S., padre de familia rota.
Deja eso que tienes entre las manos, por favor.
F.S., padre pajero.
Con lo del virus y el contacto, recuerdo la primera vez que
me introdujeron una lengua hasta el pulmón; creía que me ahogaba.
F.S., padre melancólico.
Todavía queda cierta capacidad de hacer las cosas sin mirar;
eso me evita el vómito.
F.S., padre reflexivo.
Prometo que será la última.
F.S:, padre en fase dudosa.
¿Has escuchado las guitarras en el Cooper Blue de Sugar?
Bob Mould, el super...
F.S., padre moderno.
30-05-2020.
Otro día en primavera de cielo azul, sol y cierto calor, acercándose
peligrosamente al de verano; escuché algo de la vicealcaldesa Villacís sobre la
post pandemia y el cielo azul de Madrid.
¡Fantástico!
Si es que todavía estás vivo.
Nunca he pillado en toda su dimensión esta comparativa tonal
entre los cielos azules de las ciudades del país; será que por mis venas no
corre sangre azul de poeta ni ese punto hortera y moderno; hasta donde llegan
mis recuerdos nadie pelea por ver quién ostenta el cielo gris u oscuro más
profundo, mágico y real.
H.H., piloto aeronáutico.
¡En virtud de mi posición como tu tutor legal, puedes
follarte a España y luego que la propia España te la meta por el culo!
J.S.M., extraterrestre.
Por Abreu.
Sábado, 30 de mayo de 2020
Lo del golpe de Estado, no sé. Uno dos y hasta tres golpes
de Estado hubiera preferido yo antes que sesenta años de dictadura comunista.
Esa es la verdad. Sólo los que no han vivido bajo una dictadura comunista, los
que viven en democracia y disfrutan de las libertades que la democracia
asegura, están contra los golpes de Estado en cualquier caso. Por principio,
digamos. Ya. Muy bonito. Se llama culogordismo democrático. También le llamo yo
racismo lo que no es bueno para nosotros sí lo es para esos indios y esos
negros y mulatos sudacas qué felices se les ve y qué Líder tan macho tienen…
¿yo? No para mí no, pero para ellos sí.
En España lo del golpe de Estado no, porque aún España es,
más o menos, un país democrático. Pero. Uno que avanza a grandes pasos hacia el
castro-chavismo y un país donde ya en estos momentos mientras escribo las
fuerzas anticiudadanas y antiespañolas neoetarras y tribales aliadas con la
izquierda psoe y con las pandillas universitarias analfabetas producto de
cuarenta años de adoctrinamiento socialista y antiespañol, se dedican a desmantelar
desde dentro la democracia española.
Si el Rey, al frente del Ejército tomara las riendas del
país, destituyera a Sánchez y su pandilla y llamara a la formación de un
gobierno de coalición, integrado por los partidos constitucionalistas ¿eso se
consideraría un golpe de Estado?
No lo sé. Pero si sucediera a mi me parecería excelente.
¿Cómo va lo del covid-19?
Relajaos, ¿no?
S.O., analista de datos.
¿Has probado las hamburguesas del Mercadona que venden como
vacuno gruesa?
Sí, esas que se pegan a la sartén y sueltan más agua que un
sacerdote corriéndose tras cuarenta años de penitencia sexual.
Puro veneno pá el body, chavales.
Por cierto, derrite un poco de queso italiano Provolone
encima; por lo menos disimulan. Parecerá que te ha quedado un plato simpático.
Ah, y Ketchup Heinz, ese que se vende a precio de oro.
A.L., ganadero.
¡Pillad cacho que se acaba mayo!
D.O., rejoneador.
A flor de piel lo que se percibe en las generaciones nacidas
después del año 1990 es una asintomática falta de sensibilidad y un agujero
intelectual frente a casi todo lo que te puede ofrecer la jodida vida: lectura,
música, cine, pintura, masturbación -solo follan-, información, prensa; así,
ellos y ellas -en ocasionales momentos- se acojonan ante lo que les viene en un
futuro próximo; son generaciones pegadas a los dispositivos móviles, marginales
y autistas.
Un puto agujero negro lleno de desconocimiento.
Quizás tampoco les haga falta nada de eso para sobrevivir en
ese, su futuro.
¡Qué les den por el culo!
R.I., un obrero pasmado.
¡Qué bien suena Steve Wynn!
J.S.M., moscatel eléctrico.
31-05-2020.
¿Qué puto pájaro de estercolero ha regurgitado a la masa?
F.K., funcionario de basuras y desechos.
Por Ignacio Varela.
29/05/2020 05:00
La mañana del miércoles comenzó con la noticia de la
aparición súbita e inesperada (¿para todos?) de 12.000 muertos más por el
coronavirus. Cuando hace semanas se alcanzó por primera vez esa cifra, nos
resultó insoportable. Esta vez, el recuento ha pasado en un solo día de 28.000
fallecidos a más de 40.000, y lo deglutimos sin pestañear. Aún nadie se ha
molestado en dar una explicación convincente del descalabro estadístico y
sanitario.
Después vino la sesión del Congreso en la que se rebasaron
todos los límites de la prudencia y la razón. Para celebrar el luto oficial,
actuaron en primer lugar los teloneros, Casado y Sánchez, que interpretaron el
rutinario intercambio de naderías inculpatorias que les escriben sus negros.
Después aparecieron los pesos pesados: Cayetana y Pablo, la marquesa y el corsario.
Esta vez con piezas redactadas por ellos mismos, faltaría más. Contemplando el
espectáculo, sentí un escalofrío. Esta no era la basura habitual que en los
últimos años ha convertido esa tribuna en un lodazal: era basura radiactiva.
Máximo peligro.
Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Iglesias tienen varias
cosas en común. Una y otro superan de largo en sofisticación intelectual a casi
todos los que los rodean en sus respectivas banderías. Son de los escasísimos
políticos en activo capaces de realizar, si quisieran, un debate ideológico
merecedor de tal nombre. No eligen la brocha gorda por falta de recursos, sino
por fría premeditación. Además, ambos tienen una opinión superlativa de sí
mismos y un desprecio inocultable por sus colegas (empezando por sus jefes).
Por último, los dos han leído historia de España y saben muy bien adónde
condujeron en el pasado actuaciones como las suyas. Son la cara y el envés de la España del eterno rencor, y
se nota que disfrutan del papel.
Si no lo han hecho, les recomiendo que se tomen un
antivomitivo y lo vean. Si además tienen curiosidad histórica, busquen algunos
de los enfrentamientos furibundos entre José Calvo Sotelo y Dolores Ibárruri en
las Cortes del año 1936 (unos días después, él fue acribillado por unos cernícalos,
y tres años más tarde, ella se fue al exilio durante 40 años). Encontrarán
similitudes estremecedoras en el tono, en el vocabulario y en los ademanes.
Se suponía que era una interpelación de la portavoz
parlamentaria del PP al vicepresidente sobre la gestión de la pandemia. Nada
que ver con lo que ocurrió. No he encontrado en los discursos una sola alusión
a la crisis sanitaria. No aparecieron para nada palabras como virus, contagio o
salud pública. No existieron ni los más de 40.000 muertos del coronavirus ni
los seis millones de parados que tendremos al final del año. Las palabras más
repetidas —palabras como pedradas— fueron añejas y peligrosas: fascismo,
comunismo, terrorismo, ETA, dictadura.
La portavoz del PP no hizo un discurso político sino un encadenamiento
febril de insultos personales desnudos de toda pretensión argumental: cientos
de adjetivos y ningún sustantivo. Todo para llegar al momento culminante, el
golpe de efecto definitivo, cuidadosamente estudiado: Pablo Iglesias es el hijo
de un terrorista. Ovación en la grada de la ultrasur.
El vicepresidente olvidó por completo su papel institucional
y respondió con una tonelada de grosera demagogia izquierdista (¿por qué tantos
“señora marquesa” y ningún “señora diputada”?), para lanzar su propia bomba
fétida: el PP está reproduciendo el camino de Fraga a la inversa, de la Constitución a las
penas de muerte. Calumnia sobre calumnia.
Lo peor fue comprobar que lo traían escrito de casa. No fue
un calentón, sino un plan preconcebido a ambos lados de la barricada.
Pensándolo bien, aún peor fue la reacción de la Cámara. Los aplausos
más entusiastas a Cayetana vinieron de la bancada de Vox. Los más enérgicos
gestos de aprobación a la soflama incendiaria de Iglesias, de los socialistas.
Da la impresión de que Vox ha encontrado en Álvarez de
Toledo el liderazgo que Abascal no alcanza a ofrecer; y Pablo Iglesias enardece
a los del PSOE en mucho mayor grado que el robótico Sánchez. En cualquier otra
circunstancia, ese discurso del caudillo podemita habría escandalizado a los
diputados socialistas. El miércoles se los veía disfrutar de la casquería,
sedientos de la dosis diaria de sectarismo a la que los ha acostumbrado su
jefe.
En estos meses de cohabitación gubernamental, Podemos ha
aprehendido muy poco de la cultura socialdemócrata, pero el PSOE se está
contaminando de populismo hasta los huesos. Por ello, a la larga, el triunfador
ideológico de ese casamiento será Pablo Iglesias. Él lo sabe y lo administra
con la perspectiva estratégica de la que carece por completo su socio
menchevique. Algo parecido terminará sucediendo en el espacio de la derecha si
el PP persiste en su extravío.
Pablo obsequió a su pareja de baile, Cayetana, con una
retahíla de ejemplos de lo que, según él, es “servir a España”. Por supuesto,
se atribuyó todos ellos en régimen de monopolio y se los negó radicalmente a su
rival. Se le olvidó el más importante: señora marquesa, servir a España es…
exactamente lo contrario de lo que usted y yo estamos haciendo aquí y ahora.
Naturalmente, la instalación de la furia cainita no es cosa
de un solo día. En España, cuando ese grifo se abre, el goteo se convierte
pronto en torrente incontenible. Ayer, el demagogo repitió la jugada en la mal
llamada comisión para la reconstrucción, que a este paso será un nuevo
escenario malsano de la destrucción de la convivencia. No sé si hay alguien en
Vox que sueña con un golpe de Estado, pero hasta ahora no lo han intentado.
Quienes sí lo consumaron fueron, entre otros, los camaradas progresistas de ERC
hace dos años y medio. Y según sus palabras, “ho tornarem a fer”… con la segura
ayuda del señor vicepresidente del Gobierno de España.
En esta sociedad doliente y asustada, entre la calamidad de
la pandemia y la catástrofe de la depresión económica, el Ejecutivo y su
terminales mediáticas se emplean a fondo en difundir la idea sediciosa de que
varias instituciones del Estado —incluyendo la policía y los jueces— conspiran
para derrocar al Gobierno legítimo. Y la oposición acusa al Gobierno de
preparar un golpe para secuestrar al Estado y reventarlo desde dentro. Al lado
de esta gente, Trump y Bolsonaro parecen apóstoles de la concordia.
En el peor momento de España, el Congreso de los Diputados
se ha convertido en un Chernóbil político. Sigamos así unos meses más y tendremos
por delante un par de décadas para arrepentirnos. Qué miedo.
Death was
the ultimate isolation, as figured in his great late poem “Aubade”: “this is
what we fear – no sight, no sound, / No touch or taste or smell, nothing to
think with, / Nothing to love or link with, / The anaesthetic from which none
come round”.
Philip Larkin, poeta él solo.
Buck Owens,
together again.
G.L., campestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario